«Lampara es a mis pics tu Palabra, y lumbre & mi camino.»—Salmo 119: 105. Adio VII Buenos Aires, Marzo de 1903 Num. 3 Ia Tentacion I la Caida podian continniar en su feliz estado solamente bajo la condicion de obedecer 4 la ley del Creador. Po- Después de haber sido expnlsado Satands del dian obedecer y vivir, 6 desobedecer y perecer. cielo, su enemistad contra Dios no dejo de medi- Dios habia derramado sobre ellos sus bendiciones, tar sobre la per- dicién de la raza humana. En la fe- licidad y la paz de la santa pareja, vio laiméagen de aque- Ha felicidad que ¢b habia perdido parasiempre, ('on- movido por la en- vidia se decidi6 4 excitarlos dla des- obediencia y 4 ha- cercaersobre ellos lapenadel pecado. Procurd cambiar su amor en des- confianza, y sus himnos de alaban- za en reproches contra suHacedor. Asi no solamente tratd de llevar a estos serves inocen- tes a la misma mi- seria qin Cl mis- mo estaba sufrien- A, sim tambicn de deshonrar a Dios v de afligir al cielo, Como los dnge- * les, asitambién Ins habitantes del Edén habian sido puestos & prieba; pero si desprecia- ban Su voluntad, El que no perdo- naban 4 los énge- les que pecaban, no podia tampoco perdonarles & ellos; por el peca- do, perdieron sus dones y cayeron en la miseria. Los angeles les avisaron que tu- vieran cuidado de las intenciones de Satands, pues sus esfuerzos por ha- cerles caer, serian infatigables. Mien- tras obedecian & Dios, el mal no les podia hacer nin- gin mal, porque en el iltimo caso los mismos dnge- les les ayudarian, Si rechazase fir- mamente sus pri- meros ataques, po- drian ser tan se- guros como los mensajeros celes- tiales. Pero si una vez no resistieron a la tentacién, su naturaleza se vol-